lunes, 23 de enero de 2017

TABERNA DE ÁNGEL SIERRA

ALGO DE HISTORIA
La Plaza de San Gregorio Magno se formó en el siglo XIX al derribarse una manzana de casas entre las calles de San Gregorio y la del Soldado. En ella se instaló una fuente, muy frecuentada por vecinos del barrio y aguadores. Lejos quedaban los tiempos en que los duques de Frías explotaban sus huertas en estos terrenos, y los castizos chisperos trabajaban en sus humildes herrerías diseminadas por la zona. También cerca de la plaza se levantaba una prisión o galera: “para aislar y retener a las mujeres vagantes, ladronas, alcahuetas y otras semejantes”. La denominación de galera procedía del castigo impuesto a los hombres que delinquían y eran condenados a servir a remo en las galeras del rey. Nos imaginamos que el equivalente femenino seria igual de duro y terrible.
En 1943, en plena posguerra, se cambió el nombre de la plaza, dedicándosela al compositor madrileño Federico Chueca, autor de zarzuelas famosas, como: Agua, azucarillos y aguardiente o la Gran Vía.
Esta plaza dio nombre a un barrio, cuya historia pasó por varias fases, ya que a finales de los años 70, la droga, la prostitución y la delincuencia en general campaban por sus respetos, degradando el barrio y convirtiéndole en una especie de gueto a evitar. Poco a poco y a iniciativa de asociaciones vecinales y también de la comunidad homosexual que residía en la zona, el barrio resurgió de sus cenizas y se convirtió en el corazón del movimiento LGTB de Madrid, cuya apoteosis es la internacionalmente conocida Fiesta del Orgullo.  
Podemos decir que desde 1917 y presidiendo la plaza se encuentra la popular Taberna de Angel Sierra, concretamente en la calle Gravina número 11. Inconfundible por su bonita fachada años 30, realizada en madera y cristal pintado. La Taberna tiene dos espacios a los que se llega a través de entradas diferentes: la que se accede desde la plaza y que propiamente es la taberna, y la situada en el lateral del local, en la calle San Gregorio y que antiguamente se dedicaba a almacén de vinos y hoy se encuentra habilitado como salón. 

INFORMACIÓN PRÁCTICA
Para tomar El Avisillo acodados en la barra:
Caña de cerveza 1,60€ - Vermú 1,70€ - Chato vino Rioja (2€)
Pepinillos rellenos 1,50€ - Canapés 2,80€  

POR SI PUDIERA INTERESAR
Si entras en la taberna te vas a encontrar con una barra de madera labrada y estaño, con su pozillo y caño de agua fría, además de sus correspondientes grifos antiguos de cerveza y vermú. A pesar del deterioro evidente, aun conserva el encanto y el sabor de las tabernas madrileñas.  En las paredes azulejería antigua y espejos con anuncios curiosos, además de cientos de botellas cubiertas de polvo y varias cubas de roble. El techo lo preside un fresco de autor desconocido.
Saliendo y girando a mano derecha, encontramos la puerta de acceso al salón, donde podrás tomarte unas cañas o un vermú, acompañando a un pepinillo relleno o a un canapé. El salón, con escasa iluminación, tiene varias mesas con bancos y taburetes, más botellas polvorientas y anuncios curiosos de latón, de más o menos antigüedad. Al fondo y pintada sobre azulejos, una escena digna de los tres mosqueteros.
Para tomarte un vermú o una caña y poco más. La simpatía y la amabilidad no son su fuerte.


  

Puntuación: **
Aperitivo: Unas aceitunas, además de un trozo de pepinillo con restos de pimiento morrón, ensartados en un palillo.
Precio: Medio
Sucursales: No
Restaurante: No
Terraza: Si, en plena Plaza de Chueca. También disponen de sombrillas para el veranito.

Dirección: Calle Gravina, 11 (Plaza de Chueca)
28004 Madrid
Teléfono: 915310126
Cierra:
Horario: De 12 a 00:30. Viernes y sábados hasta las 3:00 horas  
Sitio web: