sábado, 20 de agosto de 2016

TABERNA LA CASA DEL ABUELO


ALGO DE HISTORIA
En el número doce de la calle Victoria, así llamada en recuerdo de un antiguo convento situado en la cercana Carrera de San Jerónimo, a muy pocos pasos de la Puerta del Sol, abre sus puertas diariamente desde hace más de cien años, "La Casa del Abuelo", establecimiento con solera y castizo como hay pocos en Madrid. Es raro el “Isidro”(1), “Guiri”(2) o visitante esporádico de la capital, que no acuda a la taberna y deguste una ración de gambas a la plancha o al ajillo, acompañada por un “chato”(3) de vinazo embocado de producción propia.
En el año 1906 "El Abuelo", como popularmente se conoce a la taberna, empezó a funcionar como tal vendiendo rosquillas y vino dulce (diabólica combinación), para años más tarde pasarse a los bocadillos de chorizo, anchoas y sobrasada, que entonces debía ser algo muy sofisticado y moderno. En la década de los 40, en plena posguerra, y ante la escasez de harina, la industria bocadillera se torno difícil y en "El Abuelo" comenzaron a ofrecer a sus clientes, lo que con el correr del tiempo sería su producto estrella: la gamba. Gambas de Huelva o de Melilla a la plancha, acompañadas de su vaso de vino por 1,60 pesetas (0,00961€).
A falta de pan, buenas son gambas, que dice el refrán.
Tal fue su popularidad que llegaron a vender en un solo día 306 kilos de gambas, cocinadas a la plancha.
Después vendrían las gambas al ajillo y otras especialidades, siempre con ese pequeño crustáceo como protagonista, aunque no ya pescado en Huelva ni en Melilla, sino importado de allende los mares.
El vino es otra de las señas de identidad de "El Abuelo". En un principio, vino dulce originario de Alicante, para más tarde elaborarlo en bodegas propias por tierras de la Mancha. Ese regusto inconfundible a ciruelas pasas e higos secos, hacen del vino de "El Abuelo" el complemento ideal para consumirlo junto con una buena ración de gambas. Si consumes varios chatos de vino, dará igual con lo que los acompañes... te sabrá todo estupendo.
En definitiva, un establecimiento que resiste los avatares comerciales y de todo tipo durante 106 años, debe tener un secreto, y ese secreto no es más que un buen producto y precios asequibles.
Espero y confío que dentro de otros 106 años, mis tataranietos entren por la puerta de "El Abuelo" y, dirigiéndose al androide/camarero le digan con un punto de chulería:
"Una de gambas y unos chatos... para todos"
Aunque las gambas provengan del lunar Mar de la Tranquilidad.

(1) Antiguamente se denominaba "Isidro" a la persona que desde los pueblos cercanos a la capital, acudía a ésta durante las fiestas del Santo Patrón de Madrid (15 de Mayo), San Isidro Labrador. Siempre ha sido para los madrileños, sinónimo de gente simple, incauta y de pueblo.
(2) El "guiri" es el turista extranjero que visita España.
(3) Un "chato" en Madrid, es vino tinto servido en un vaso de cristal con escasa capacidad, que se toma en las tascas y bares de la ciudad.
Dicen que durante la invasión napoleónica, a principios del siglo XIX, los soldados del ejercito francés (gabachos) que acudían a bodegas y tabernas, siempre, para referirse a las diferentes clases de vinos franceses, pronunciaban la palabra francesa chateau (pronunciada sssató), lo que dio origen al castizo:
"Un chato, por favor".


  

INFORMACIÓN PRÁCTICA
Para tomar El Avisillo acodados en la barra:
Caña (1,60€) – Chato de vino (2,50€) -  Gamba blanca a la plancha (12 gambas 19,90€) – Gambas al ajillo (10,90€) – Langostinos plancha (17,50€).

POR SI PUDIERA INTERESAR
Se trata de un pequeño local, con barra de mármol blanco y cuatro mesas altas sin taburetes. Las paredes están decoradas con baldosines de parras y uvas, como no podía ser otra cosa en una taberna. Tienen una pequeña cocina junto a la entrada, donde preparan en el momento las raciones.

Puntuación: ***
Aperitivo: Te lo traes de casa
Precio: Medio
Sucursales: Tienen varios establecimientos diseminados por Madrid.
Restaurante: Propiamente dicho No
Terraza: No

Dirección: Calle Victoria, 12
28012 Madrid
Teléfono: 910 00 01 33
Cierra: Casi nunca
Horario: de 12:00 a 00:00 – Sábados y Domingos 12:00 a 01:00




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