En 1.884 adquirió el negocio el torero Antonio Sánchez, de quién conserva su nombre.
El local ha mantenido casi la misma decoración desde su fundación. Todavía conserva la instalación de gas y sus correspondientes lámparas que iluminaron la taberna, cuando aun la luz eléctrica era ciencia ficción. Durante mucho tiempo se vendió, con gran éxito, un vino especial que llamaban “De la cuba del
francés” y que se almacenaba en una gran tinaja del sótano, concretamente la que lleva, aún hoy en día, el número 6. Cuenta la malévola leyenda, que durante la guerra de la independencia contra los franceses, los vecinos del barrio mataron a un soldado de Napoleón y para evitar represalias, lo escondieron en una cuba de vino, que a partir de entonces adquirió un “bouquet” extraordinario…
Dos cabezas de toro dominan la taberna. Una perteneció a Fogoso, con él que tomó la alternativa el torero-tabernero-pintor Antonio Sánchez en 1.922 y, que inauguró la primera de sus más de veinte cornadas que durante su vida de matador de toros sufrió. La otra perteneció al pobre toro con el que tomó la alternativa otro torero del barrio: Vicente Pastor “El Chico de la blusa”.
Ignacio
Zuloaga comía habitualmente en la taberna, también sede de una de sus
tertulias. Un retrato de Antonio Sánchez dibujado
por el genial pintor, presidía la entrada del establecimiento. Su dedicatoria
decía:
"A Antonio Sánchez, buen matador y mal pintor, de Ignacio Zuloaga, mal matador y buen pintor".
En su tiempo era famoso su retrete por la argolla en él instalada, que servía para agarrarse y ayudar en el consabido esfuerzo.
"A Antonio Sánchez, buen matador y mal pintor, de Ignacio Zuloaga, mal matador y buen pintor".
En su tiempo era famoso su retrete por la argolla en él instalada, que servía para agarrarse y ayudar en el consabido esfuerzo.
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Para tomar los “Los Avisillos” acodados en la barra,
o también acomodados en alguno de los varios veladores de mármol distribuidos
por la taberna, nos podemos dejar aconsejar por el personal, que es castizo,
profesional y amable, y a buen seguro que nos ofrecerá unas morcillas a las
pasas (8,80€), unas berenjenas con miel de caña (6,90€) o, si te ve cara de
audaz y valiente, unos caracoles (8,60€) con su punto de picante. Todo ello,
claro está, regado con un doble de cerveza (2,50€), o si tienes mucha sed, con una
frasca de tintorro de 1 litro (11€).
POR SI PUDIERA INTERESAR
Cuando traspasas el umbral de la taberna, entre lo
tenue que mantienen la luz, sus ahumadas paredes y el resplandor de la calle,
apenas ves nada. Poco a poco tu vista se adapta al cambio de siglo; hemos
pasado en dos pasos del siglo XXI al siglo XIX, y sin máquina del tiempo. A
destacar la decoración a base de cuadros con motivos taurinos, fotos y recortes
de prensa y la barra con su mostrador, realizado en madera y estaño y que
cuenta con más de 150 años de antigüedad. También es destacable un precioso y
antiguo grifo de cerveza, una caja registradora todavía en buen uso, y un
antiguo montacargas de frascas de vino.
Solo por eso, la “Taberna de Antonio Sánchez” merece
una visita.
Puntuación: ****
Aperitivo: No han perdido las buenas costumbres y algo te
ponen.
Precio: Medio
Sucursales: No
Restaurante: Al fondo del local y como un resplandor en la
oscuridad existen dos salones, no muy grandes, decorados con cuadros
relacionados, como no, con el mundo del toro y una veintena de mesas. Los manteles
recuerdan los capotes toreros en rojo y amarillo y todo el conjunto tiene un
regustillo castizo y taurino.
La olla gitana, el rabo de toro, los callos a la
madrileña, el cocido, las torrijas y para finalizar el chato de consagrar (suele
ser invitación de la casa), como remate, son opciones más que recomendables.
Terraza: No
Dirección:
Calle del Mesón de Paredes, 13
28013 Madrid
Teléfono: 915 397 826
Cierra: Casi nunca
Horario: De 12 a 16 - 20 a 24 horas
Los viernes a partir de las 21:30 se ameniza la velada con un espectáculo flamenco.
Sitio web: www.tabernaantoniosanchez.com
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